14 Jul

El deporte, como se suele decir, es un hábito sano pero habría que añadir la coletilla de “si se practica de forma adecuada”. En el caso de algunos deportes es obligatorio el uso de una serie de protectores debido al constante contacto físico que llevan implícitos, como ocurre en el hockey, el boxeo o la esgrima. Pero hay otros deportes muy populares, como el fútbol, baloncesto, waterpolo o rugby, que no todos los jugadores hacen uso de los protectores bucales y donde se producen lesiones en la boca que serían fácilmente evitables.     En nuestra tienda online Athenadental puedes ver todos los aparato de rayos x, fresas dentales, turbina dental, autoclave dental, Lámpara de Polimerización, los cuales facilitarán tu trabajo en tratamientos dentales.




Su diseño previene contra los golpes que se reciben en la cabeza, aunque no sean directamente en la boca. Un traumatismo, sea leve o severo, puede afectar a la lengua, encías, labios, la articulación de la mandíbula, las partes óseas y, por supuesto, a los dientes, especialmente los incisivos superiores que son los más expuestos y con menos inserción en el hueso.  


Cómo actúa un protector bucal

El objetivo principal es la prevención de cualquier tipo de lesión y, en el caso que ésta sea inevitable, minimizar las lesiones bucales mientras se practica un deporte. Normalmente cubren los dientes superiores y los tejidos blandos de la lengua, labios y revestimiento de las mejillas. Al amortiguar los golpes se impide la rotura, pérdida o desplazamiento de los dientes, así como la prevención de traumatismos en la articulación maxilar ATM e incluso fracturas en la mandíbula. 




Hay tres tipos de protectores bucales para deportistas:

Clase I: Protectores bucales que se venden comercialmente listos para usar (stock o estándar). Son prefabricados, en goma o plástico, y se venden en las tiendas de artículos de deporte. Suelen quedar holgados, ya que se supone que se adaptan a todas las bocas. Para conservarlos en su sitio es necesario mantener en la boca cerrada y los dientes de ambos maxilares en contacto. No cumplen casi ninguno de los requisitos requeridos y se deben rechazar, ya que el deportista se cree protegido y se expone más a los traumatismos. 




Clase II: Semi-adaptables (hechos en boca directamente) que se adaptan con calor (termoadaptables). La retención, protección y comodidad es intermedia, son mejores que los de clase I aunque peores que los de clase III. 



Clase III: protectores bucales personalizados, hechos por un odontólogo según unos modelos de tu boca. (Individuales) La mayor ventaja del protector bucal para deportistas hecho a medida es que se puede individualizar el diseño de acuerdo con la anatomía de la boca y el tipo de deporte que practica el atleta. La retención, protección y comodidad es muy buena. 



Finalmente, existe la opción de protectores de “hervir y morder”, que lo que hacen es ablandarse con agua hirviendo para que al morder se adapten a la forma de la boca. No es la opción más recomendable pero al menos consiguen una mayor adaptación a los dientes que los prefabricados y suelen ser excesivamente finos como para ofrecer protección.  





Este verano di adiós a los dientes sensibles


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